Luego de su participación en el Juego de Estrellas, el dominicano y Washington se encuentran de frente a una situación que tiene todos los elementos para convertirse en uno de los peores rompimientos en la historia de MLB.
Estas dos últimas semanas han sido tumultuosas (por decir algo) para la saga de Juan Soto y los Washington Nationals. Previo a la pausa del Juego de Estrellas se hizo público el reporte de que el equipo le había ofrecido 440 millones de dólares por 15 años al jugador y que este había rechazado dicha oferta.
A raíz de ello, un segundo reporte señaló que los Nationals explorarían la posibilidad de cambiar al jugador dominicano de 23 años, lo que ha lanzado una cadena adicional de reportes sobre equipos interesados y el tipo de ofertas que se tendrían que hacer por un jugador de su nivel.
Durante toda la Pausa de Estrellas, Soto fue cuestionado sobre la situación, sobre la permanencia con el equipo, sobre el contrato y sobre el hecho de que se filtrara a los medios la oferta y el rechazo de la misma. Sin vacilar, Soto y su agente, Scott Boras, dejaron clara su molestia con el hecho de que las conversaciones se hayan hecho públicas, a pesar de que el jugador, en reiteradas ocasiones, ha tratado de que permanezcan en privado.
En medio de todo eso, Soto ganó el Home Run Derby y fue recibido por los fanáticos de los Dodgers entre gritos de “Futuro Dodger” cuando entró a jugar en los jardines durante el Juego de Estrellas.
Con todos estos elementos, es imposible pasar por alto que, de continuar esta tendencia, el rompimiento de Soto con los Nationals será una completa catástrofe de proporciones superiores a la salida de Mookie Betts de Boston Red Sox e incluso, de la salida de Texas Rangers de otro excliente de Boras, Alex Rodríguez.
La primera razón para pensar esto es que los Nationals han puesto en una situación comprometedora a Soto frente a la prensa y frente a los fanáticos del equipo. El propio Soto indicó durante las entrevistas del Juego de Estrellas que el hecho de que se filtrara todo lo relativo a las negociaciones hacía que trabajar fuese “incómodo”.
Lo segundo es que desde la perspectiva de Soto y de su agente, la confianza en el equipo se ha visto lesionada. La filtración de información sobre negociaciones de esta índole a los medios es algo que ocurre solamente si una de las partes así lo quiere. El jardinero y Boras han reaccionado de forma negativa ante la situación, lo que apunta a que en las próximas negociaciones (si es que hay alguna), las cosas no serán tan cómodas para los Nationals.
Adicionalmente, Boras acusó al equipo de que luego del rechazo a la oferta de los 440 millones de dólares, estos no se encargaron de conseguir un vuelo para que Soto pudiese salir de Atlanta a Los Ángeles para participar de las actividades del Juego de Estrellas. El agente comentó que Soto también tendrá eso presente en lo adelante.
A todo esto, podemos agregarle lo ocurrido con la más reciente estrella que surgió dentro del equipo y que se fue, debido a que no pudo llegar a un acuerdo con los Nationals y quien, para empeorar la situación, también es cliente de Scott Boras, Bryce Harper.
Harper decidió dejar a los Nationals después de que el equipo no realizara una oferta que se ajustara a lo que el jugador y el agente buscaban, por lo que decidió firmar con Philadelphia Phillies por 13 años y 330 millones de dólares. También podríamos tomar el ejemplo de Max Scherzer, otro cliente de Boras, que decidió dejar el equipo por una oferta de más valor monetario por año con New York Mets.
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Fuente: espn.com.do